miércoles, 29 de noviembre de 2006

La carta de los judíos de Arlés y la réplica de los judíos de Constantinopla

Las expuestas a continuación son 2 cartas que datan del s.XV, supuestamente intercambiadas entre los judíos de Arlés, perseguidos en España y Francia, y sus pares de Constantinopla, que les aconsejan como manejarse. Para desgracia de los herederos del rabino, muchos judíos se convirtieron en efecto en profesionales exitosos, por lo que los consejos irónicos del Principe llegaron a interpretarse como un programa político, justificando no pocas posiciones antisemitas.

La carta de los judíos de Arlés
¡Honorables judíos, saludos y bendiciones!
La presente es para comunicaros que el Rey de Francia, que vuelve a ser señor de la Provenza, ha ordenado en proclama pública que nos hagamos cristianos o salgamos de su territorio. Y los pueblos de Arlés, Aix y Marsella quieren llevarse nuestras pertenencias, amenazan nuestras vidas, destruyen nuestras sinagogas, nos hacen muchas vejaciones y todo ello hace que no estemos seguros de lo que debemos hacer a fin de mantener la Ley de Moisés. Por eso os pedimos que tengais la bondad de informarnos, en vuestra sabiduría, de lo que debemos hacer.
CHAMOR
Rabino de los judíos de Arlés el 13 de Sabath, 1489

La réplica de los judíos de Constantinopla
Bienamados hermanos en Moisés, hemos recibido la carta en la que nos informáis de las ansiedades y las adversidades que padecéis.
El consejo de los grandes sátrapas y rabinos es el siguiente:
Decís que el Rey de Francia os exige que os hagáis cristianos; hacedlo, pues no os queda otro remedio, pero conservad la Ley de Moisés en vuestros corazones.
Decís que os veis obligados a entregar vuestras pertenencias; entonces haced que vuestros hijos sean comerciantes, para que poco a poco vayan privando a los cristianos de sus pertenencias.
Decís que vuestras vidas corren peligro; entonces, haced que vuestros hijos sean médicos y boticarios, para que puedan privar de su vida a los cristianos.
Decís que están destruyendo vuestras sinagogas; entonces, haced que vuestros hijos se hagan clérigos y canónigos, de forma que puedan destruír sus iglesias.
Decís que estos pueblos os están infringiendo muchas más vejaciones; entonces, encargáos de que vuestros hijos se hagan abogados y notarios, de modo que los cristianos queden sometidos a vuestro yugo; dominaréis el mundo, y podréis tomaros venganza.
No os desviéis de esta orden que os damos, pues veréis por la experiencia que, del envilecimiento en que ahora os halláis, alcanzaréis la cima del poder.
V.S.S.V.F.F.
Príncipe de los judíos de Constantiopla el 21 de Casleu de 1489

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